Por Carmen Tuitera
A veces estamos tan enfocados en lo que debemos ser que olvidamos lo que no debemos. Es que algunas situaciones sacan lo más humano que somos o simplemente nos rodeamos de personas que nos afloran reacciones que no nos gustan ver a menudo.
A veces me pasa y me detengo. Me pregunto ¿Esto realmente quiero ser? ¿Necesito ser así para ser grande? Y es que no está demás nombrar algunas cosas que debemos frenar al momento de sentir que podemos comenzar a hacerlo.
- Ser chismoso: Es que recordemos el chisme es realmente de personas que no tienen una propia vida. Y en ciertas situaciones es difícil no querer saber el chisme del vecino pero siempre debemos ponernos en lugar del otro y si ese chisme fuera sobre mí?
- Juzgar: Cómo no estamos en los zapatos de los demás a veces es fácil preguntarnos por qué algunas personas hacen ciertas cosas fuera de nuestra lógica. Una vez fui juzgada y me dolió demasiado. Me di cuenta que desde ese momento hacerlo era demasiado fácil sin saber el sacrificio del otro.
- Negatividad: Vivir creyendo que todo es malo cuando en vez de transformarlo en fuerzas, en ganas y en metas lo dejamos cómodamente en excusas para no lograr las cosas que PODEMOS LOGRAR.
- Vivir dando excusas: Y acá hablo de nosotros mismos. Siempre nos damos un pero para cada paso que damos por miedo o pocas ganas de lograr lo que queremos. Y es que no hay excusas cuando realmente quieres tener eso que te apasiona y mueve a más
- Exageración: Tenemos la mala costumbre de agrandar las cosas y no dar el espacio que se merece a ciertas cosas que nos pueden hacer daño. Y no solo hablo de cosas sino que también de situaciones en las que creemos o no obligamos a estar sin ser consientes que debemos evitarlas, después de eso, de no escuchar tu yo interno comienza una serie de cuestionamientos que te llevan a exagerar las cosas 10 veces más de lo que paso y sin querer te dañas la cabeza y el corazón.
- Creer que tu opinión es la verdad: Desde que me equivoqué demasiadas veces, me di cuenta que muchas veces puedo estar equivocada y aunque tengo mi opinión bien formada no creo que me haga daño escuchar otras y procesarlas mientras duermo. He cambiado de opinión algunas veces y no me siento tonta por eso fíjate .
- Sentir Vergüenza: Esto nos impide a comernos el mundo simplemente por no querer desencajar de una sociedad que sinceramente fue estructurada por algunos pero que merece ser modificada por todos.
El miedo y la pena puede ser la puerta de entrada para forjar un sentido a tu vida, una meta, un motor que te lleve a incorporarlo a tu identidad y que te mueva a grandes cosas. Aceptando los errores del pasado y enfrentando ciertos traumas que te detienen a la hora de mirar el futuro.
Toma tus peores momentos y transfórmalo en fuerza.
Brilla y deja brillar