Si Cenicienta hubiera perdido un zapato artesanal perfectamente confeccionado, su dolor hubiera sido mayor que el de perder a su príncipe azul… Con una colección con diseños contundentes y una maestría excepcional en la fabricación de zapatos, Julieta Erdocia emerge en la industria de la moda Argentina y se destaca entre sus pares. Hoy charlamos en exclusiva con ella en Chicas Guapas para descubrir más acerca de su propuesta.
- ¿Cómo empezaste a diseñar zapatos?
Julieta Erdocia: Empecé a diseñar zapatos desde muy chica, siempre me gusto el mundo de “la moda”, mi mamá de joven hizo vestidos de novia y mi abuelo era “inventor”, crecí en ese contexto lleno de creatividad. Fui a una escuela técnica (soy de Gonzáles Chaves, provincia de Bs As, la escuela quedaba a 45 km de mi casa en Tres Arroyos), donde aprendí un poco de varios oficios (que sin dudas hacen al tipo de zapato que hago hoy) y terminé en 2009, con 18 años, ingresando en Diseño Industrial en la Universidad Nacional de La Plata, Bellas Artes.
Mi primer trabajo sobre que era para mí un objeto de “Diseño Industrial” fue dibujar un zapato, que siempre que pude durante la carrera volví a meter, pero que una y otra vez me remarcaban que no estábamos en Diseño de Indumentaria. Hoy sigo convencida de que un zapato es un objeto de diseño industrial.
Cursando la carrera, quise interiorizarme en el tema, y dí con un maestro zapatero en 2011, con quien hice un curso de un año y de quien aprendí las bases, super clásicas, de cómo construir un zapato. En 2012, con 21 años, lancé una pequeña colección, con otro nombre, y con algunas ideas “raras” que tuve que dejar de lado enseguida porque sin conocer a nadie necesitaba caer en cuestiones más comerciales y a medida, para poder sobrevivir haciendo esto. En 2016 participo por primera vez en Bafweek, colaborando con una diseñadora emergente, y eso marcó un antes y un después. Tuve la suerte de poder presentarme con algo innovador que fue super bien recibido y acompañaba perfecto a la diseñadora. Las suelas de colores teñidas a mano eran mi marca personal en aquella época. Desde ahí lo que yo proponía empezó a tener mas valor. Me costó mucho establecerme como diseñadora, pero desde hace casi dos años hacia acá, pude consolidar la imagen de la marca y el crecimiento fue exponencial. Sin dudas lo que hago es lo que quiero hacer y que sea tan bien recibido no puede enorgullecerme más y hacerme tan feliz.
- ¿A qué te dedicabas antes?
JE: La marca la empecé con 21 años, y renuncié a mi trabajo de cocina en Mc Donalds, luego de que me agarrara en la calle la inundación de La Plata. Sin dudas esa situación traumática me hizo re plantearme mis objetivos. También decidí dejar la carrera, ya que sentía que no era el camino que quería seguir, a pesar de que tenía un súper buen desempeño.
- ¿Cuál es el proceso para armar el diseño de cada modelo?
JE: Realmente es muy aleatorio y nunca bajo presión. Como no trabajo con colecciones, cuando me cae la idea, que es una búsqueda constante, lo primero que hago es dibujarla para no olvidarme y enseguida en el taller empezar a trabajar sobre la horma que es la que le va a dar la morfología base. Sin dudas, termino de cerrar la idea, después de materializar el modelo y si no me enamoro de lo que veo lo sigo trabajando hasta que suceda. Es ahí que lo presento en sociedad. Trato de superarme cada vez, y es un trabajo difícil, pero sin dudas amo lo que hago.
- ¿Cuánto tiempo tarda el proceso de fabricación de tus zapatos y por cuántos procesos pasa antes de salir a la venta?
JE: Hasta hace 3 meses, trabajaba sola. Desde comprar los insumos, hasta vender, contestar mensajes, armar, lijar y cortar. Siendo el proceso mas largo. Hoy puedo decir que tengo un equipo increíble, que me permitió concentrarme en el diseño y en la identidad de la marca, mientras los zapatos están en muuy buenas manos. Cuando ingresa el pedido (ya que el stock con el que trabajo es muuuuy reducido, para generar la menor cantidad de desperdicio posible), lo primero que hago es cortar cada par y separarlo para llevar al señor que apara (que cose), para luego llevarlo a las manos del armador, a quien le llevo cada par por separado, con todos los insumos y especificaciones. Luego él, se lo lleva al deformador, quien lija, tiñe y lustra las suelas. Es acá que el zapato vuelve a mí. Corto cada taco personalmente y lo pinto, para luego atornillarlo al zapato y empaco, lo que incluye pegar la plantilla, quiar excedentes de pegamento y limpiar. En este momento este proceso tarda aproximadamente de entre 10 a 12 días.
- ¿Cuáles son las tendencias en zapatos que se ven últimamente?
JE: Sin dudas las puntas cuadradas y, de la mano, lo comfy o cómodo, vino para quedarse.
Más allá de que el zapato sea “lindo” o para una u otra ocasión, el que sea cómodo no es una característica menor, y creo que quienes nos hagamos eco de esto realmente podemos terminar de generar un cambio de paradigma, ya que nuestros pies soportan nuestro andar durante todo el día. El zapato cómodo es un win-win para el diseñador y para quien lo usa.
- Estuviste en México Fashion Week en su última edición, ¿cómo fue ésa experiencia?
JE: Acompañar a Andrea Urquizu en esta última edición de México Fashion Week fue una experiencia increíble. Yo conocía a Andre, su marca, y gracias a Tamaro Blanco, que me encontró buscando calzado que vaya con la estética de lo que estaban armando, fue que pudo generarse la colaboración. No lo dudé ni un segundo. La producción fue hermosamente increíble y no puedo estar más feliz de haber acompañado a au en un fashion film que mostró a Buenos aires de una manera hermosa. Más allá de que me hubiese gustado que sea una experiencia física, este nuevo formato obligado, pues pandemia, con la posibilidad de que se vea en cualquier lugar del mundo, sin dudas es un evento del que no me voy a olvidar. Además, de que gracias a esta colaboración, Andrea me abrió las puertas de su estudio y así estar fisicamente en CABA.
- ¿Te acordás quien fue tu primera clienta?
JE: Si! Con nombre y apellido. Claramente cambié mucho, y nos perdimos. Y a pesar de que nunca la conoci personalmente, no me olvido su nombre.
- ¿Cómo se siente ser tu propia jefa?
JE: Es una montaña rusa, pero realmente no lo cambio por nada. Crisis hay, a veces más, a veces menos, pero cuando puedo alejarme un poco de eso y ver todo lo que he podido construir de cero, sin dudas es super reconfortante. La pandemia puso en jaque mi estructura, y contrariamente a lo que esperaba que pase, poder dedicarme exclusivamente dió sus frutos. Fue un año de un enorme crecimiento. Nunca NO estoy trabajando, creo que separar la vida emprendedora de la privado es muy complicado, pero todo es aprendizaje y experiencia.
- Un consejo para las emprendedoras que están por animarse a empezar su negocio.
JE: Ser perseverante, sin dudas, tiene que ser algo a no perder de vista. La constancia y dedicación tiene que ser plena, ya que todo depende de la voluntad de uno.
A veces es más difícil, otras no tanto, pero las redes sociales hoy tienen un alcance enorme. También hay mucha competencia, ya que somos muchos los que elegimos el camino emprendedor. Encontrar el carácter diferenciador, que nos identifique y nos conciba como marca, es fundamental para captar la atención de potenciales clientes.
- ¿Cuál es tu próximo objetivo con tu marca?
JE: Estoy empezando a trabajar con un poco de stock, ya que estos 8 años fueron a demanda. Es algo muy postergado, pero este año pude empezar a trabajar en eso. Siempre con producciones pequeñas, ya que no aspiro a la masividad. Sin dudas, empezar a vender fuera del país es un objetivo muy presente y en el que estoy empezando también a generar lazos para poder concretarlo.